Si te preguntase cuál ha sido la mayor revolución fotográfica de la historia, ¿qué responderías?
Revoluciones en fotografía ha habido muchas: la captura de la primera imagen fotográfica (quizás la única y verdadera), el revelado instantáneo, la fotografía digital, la fotografía en el móvil que ha provocado la mayor democratización nunca vista en la captura de imágenes, técnicas avanzadas y las que vendrán (como lytro), formación reglada que no podíamos imaginar en iPhoneografía o fotoperiodismo móvil, etc. Todo un mundo que se va simplificando cada vez más y más.
Sin embargo, y en mi opinión, esa democratización de la fotografía se ha producido más con la estandarización de la fotografía social (internet y las redes sociales) que por la propia llegada del mundo digital. Aplicaciones como Instagram que mezclan la publicación sencilla e instanea …. me parecen una de las mayores revoluciones que han tenido lugar en el mundo fotográfico. Y no me refiero a una aplicación específica como Instagram, sino al concepto subyacente; aunque en el caso de Instagram estas cifras de crecimiento son espectaculares.
Pienso que la gran revolución, que ya ha llegado y estamos viviendo, es la aplicación de filtros, efectos, presets, etc … como queramos llamarlos, de forma sencilla y universal.
Aunque el mundo del retoque lleva asociado a la fotografía mucho tiempo no teníamos una democratización de su utilización.
Determinados «retoques» se han simplificado mediante el uso de acciones y filtros en Photoshop, o de Presets en programas como Lightroom. Además hay decenas de aplicaciones de efectos fotográficos, cada cual más efectista que la anterior. Aunque usualmente, y a pesar de su sencillez, este tipo de retoque sólo estaba cerca de determinado conocimiento técnico.
Por otro lado ya hay voces en contra de la utilización de estos filtros. Desde reconocidos fotógrafos que huyen como de la peste de ellos, de los que dicen que eso no es fotografía o que una buena foto no la hace o la arregla un filtro. Incluso National Geographic se ha pronunciado al respecto.
Soy de la opinión que en fotografía todo vale. Filtros, presets, acciones, etc …. todo. Hay quien los utiliza de forma creativa, y consciente; y quien tras tomar una foto empieza a probar filtro tras otro …. hasta ver con cual de ellos obtiene una toma «resultona».
También soy de la opinión de que las cosas no son como nos gustaría que fuesen sino como son. Y en el caso de los filtros tenemos una nueva generación a la que les gusta tomar fotos con el móvil, aplicarle algún efecto curioso (que es verdad que, a veces, arreglan una foto) y publicarlas de la manera más rápida posible.
Pensemos que es algo natural. Nos pasa cuando vemos una película en la TV o en el cine, cuando ponemos parte de la calidad en el visionado. No es lo mismo ese look cámara de vídeo casera … que el look cinematográfico. Los filtros permiten aplicar ese look que se percibe como profesional y que entra por los ojos.
La aplicación de determinado filtros puede tener un efecto inspirador. Pueden crearse fotos bonitas donde antes había una foto mediocre.
Tenemos aplicaciones como Instagram que han supuesto toda una revolución. No creo que sin «sus filtros» hubiese sido lo mismo. Y no es la única, aplicaciones como Filtermania 2 van más allá aplicando filtros, texturas y composiciones con la misma simplicidad.
En este post os he intercalado algunos procesados con este tipo de filtros (para mostrar el antes y el después). No sólo utilizo Instagram o Filtermania, sino multitud de pequeños programas que producen cantidad de efectos y donde, en un momento dado, voy pasando fotografías de unos a otros.
Como en todo, hay fotografías que terminan con la aplicación simple y efectista de un filtro, y fotografías más elaboradas, que requieren de mayor tratamiento usualmente recortando, aplicando filtros sucesivos, etc.
Creo que la utilización de filtros fotográficos es la gran revolución fotográfica. La consecuencia lógica de la integración de la fotografía digital, la movilidad, la sencillez, la inmediatez, lo social y lo creativo.
