Hace unos días mantenía una interesante charla con Jorge Bañobre sobre la construcción y desarrollo de un portfolio.
Una de las cosas que me dí cuenta en esa charla es que soy del tipo «consejos doy que para mi no tengo«. Es decir, sé las cosas que hago mal, lo que debería hacer para hacerlas bien (o al menos no tan mal) … pero me cuesta dar algunos pasos en la dirección correcta.
Todos sabemos de la importancia de tener un porfolio bueno y adecuado a nuestra condición de fotógrafos. Debe ser lo suficientemente completo como para mostrar nuestras posibilidades; y lo suficientemente actual como para mostrar nuestra evolución en un momento dado. Es importante que sea homogéneo, que refleje claramente un estilo, etc.
Sobre todo si pretendemos dedicarnos a la fotografía publicitaria, moda o retrato.
Cada género fotográfico tiene sus particularidades, y en el caso que nos ocupa es muy importante la selección de las modelos con las que trabajamos.
¿En qué temas fallo en mi propio portfolio? No lo renuevo con la suficiente asiduidad (a veces tengo las fotos, pero no lo actualizo), repito fotos de alguna sesión simplemente por que me gustó el resultado, mantengo alguna foto «antigua» por sentimentalismo o porque me gustó algo especial de la modelo, etc.
Se dice, con mucha razón, que la peor foto de tu portfolio es tu mejor foto como fotógrafo. Y que la selección de una modelo inadecuada, en un momento dado, puede tirar tu portfolio abajo.
Hace un tiempo ya comenté la importancia del retratado. Si dispones de Kate Moss, por ejemplo, delante de la cámara … aunque hagas una mala foto técnicamente, seguro que alguien la valorará lo suficiente. Fotografiar celebrities y/o rostros conocidos es una forma fácil de no equivocarse y ser percibido como «bueno» aunque tengas muchas deficiencias en tu fotografía.
Jorge me comentaba que él lo tiene claro, la selección de modelos cada vez debe ser más profesional, de alto nivel, y cada una mejor que la anterior.
Me resulta complicado estar de acuerdo con él pero no llevar este tema a rajatabla.
Soy de la opinión de que si siempre se trabaja con «alto nivel» y con las «top» de un agencia, hay algo como fotógrafos en lo que no evolucionamos.
Si buscamos mejorar en la captura de la imagen creo que aporta valor el trabajar, a veces, con modelos no tan profesionales o tan espectaculares.
Cuando de un/una modelo consigues un resultado esplendido, partiendo de una base difícil, estás haciendo un ejercicio de creación fotográfica, y de elaboración, mucho mayor que cuando te lo ponen sencillo.
En mi firma de correo tengo siempre puesta la frase de Norman Parkinson, » Me gusta conseguir que la gente salga tan favorecida como sea posible y, con suerte, un poco más«. La intento utilizar como lema. Creo que es importante para evolucionar que no siempre tengamos las cosas fáciles. Y cuidado, que no se me entienda mal, trabajar con una top junto con un equipo de alto nivel no es fácil. Pero cuando tienes medios limitados y tu modelo, por inexperiencia o imagen, te lo pone difícil, pienso que el reto es mayor.
¿Tú que opinas?