Cuando nos disponemos a fotografiar siempre tenemos dos forma de hacerlo: ser reactivos (tratar de capturar lo que vemos, sin más) o ser proactivos (intentando crear «algo» a partir de una toma reactiva o «elaborando» la escena).
No es mejor un tipo de fotografía que otra. Quizás el modo reactivo está más cerca del fotoperiodismo o la fotografía documental, mientras que la publicidad o el retrato se sirve más de lo proactivo.
Fotografía Reactiva:
Como decimos, se trata de capturar una escena sin más. Entendiendo como tal que no preparamos la situación, las luces, etc. No estamos pensando en ir a una determinada localización a una hora del día determinada intentando capturar algo.
Aquí la imagen directamente nos viene a la cámara. Lo único que hay que hacer es estar pendiente para capturar «el momento».
La fotografía que vamos a utilizar para ilustrar este punto fue tomada en el año 2004, en la avenida principal de entrada a Niza, Le Promenade des Anglais. Aunque no era verano, el clima y las vacaciones en el país hacía que la ciudad estuviese plagada de turistas. El paseo frente a la playa no era ajeno a esto y cientos de personas paseaban, patinaban, iban en bici, etc. Prácticamente imposible disponer de un trozo del paseo para hacer una foto sin turistas.
Ibamos en coche y justo al parar en un semáforo, en medio del paseo, y girar la vista a la derecha, vi la siguiente imagen:
Tuve que pedir a mi acompañante que echase para atrás el asiento, bajar la ventanilla, coger una cámara compacta de Sony que llevaba en aquel momento (apenas 3 M, recordad que hablamos del 2004); la reflex de carrete iba en el maletero; y con sólo el tiempo que tardó en encenderse el semáforo cambió de color.
La buena educación francesa de no pitar al segundo de cambiar el color del semáforo, un modo automático de la cámara, y la suerte de no tener ningún turista por medio en ese preciso instante hizo el resto.
Se trata de una foto que tiene algunos errores técnicos de composición: ni seguimos tercios, no manejamos bien la altura del horizonte, no descentramos el sujeto … cosas que puede arreglar un reencuadre pero que quería mostraros en su formato original.
Una foto totalmente reactiva. Estar en el sitio y momento justo para realizar una toma que permita transmitir algo. ¿Quizás la soledad de ese hombre mayor frente al mar?
Sin más pretensiones, sin ningún procesado posterior … es una foto que siempre me ha gustado.
Fotografía proactiva:
En este segundo tipo de fotografía estamos creando la imagen. Estamos siendo parte del concepto y la acción de la creación. Tenemos que visualizar y elaborar la imagen en nuestro cerebro y proveernos de los medios necesarios para llevar a cabo la toma. Bien sea por la forma en la que hacemos la captura, bien por el procesado posterior que le daremos posteriormente a la imagen.
Como ejemplo, y siguiendo con la temática del mar, vamos a comentar una fotografía realizada el verano pasado y que ya fue publicada en el blog.
La idea surgía bajo la petición de un familiar, en este caso mi madre, que aficionada a la pintura, quería tener un cuadro de sus nietos más pequeños. No se buscaba la fotografía como resultado final, sino como un medio que sirviese de base para luego realizar la pintura.
Lo primero fue pensar en ello, en las diferentes posibilidades que podían darse. ¿Luz natural o artificial? ¿De frente o de espaldas? (importante de cara a la complejidad de la pintura) ¿En qué contexto? ¿Con qué ropa? ¿Haciendo algo o simplemente posando? Había que pensar en ello de cara a tener la «mejor idea». Y con la complejidad añadida de que a mí no me bastaba con simplemente hacer una foto. Quería que la foto tuviese existencia propia frente a su traslado a una pintura.
Tras mucho pensar se empezaron a tomar decisiones:
- Buscar un estilo pictórico de por sí en las fotos. Para ello me fijé en unos cuadros de Sorolla:
- Las fotografías se realizarían en el mar. Teníamos que buscar la localización adecuada.
- Aunque los niños no iban a vestir de forma vaporosa como los cuadros sí que buscamos un estilo común para los mismos. Para que no pareciese que iban de uniforme quedamos en que todos fuesen de blanco, como si fuese un estilo ibizenco; pero todos eran libres de vestir como quisiesen dentro de ese color blanco.
- La fotografía se realizaría de espaldas. Lo interesante dentro del cuadro sería captar a cada uno por su silueta.
- La hora para hacer las fotos sería al atardecer. Cuando tuviésemos una iluminación cálida y uniforme en toda la escena, aunque el procesado posterior de la foto quitaría la dominante cálida para no dejarla «anaranjada».
Mientras que esta lista de puntos se pensaron en el verano del 2007, las fotografías de la sesión no se realizaron hasta el verano del 2008. A veces, preparar el entorno cuesta demasiado.
Ya que debíamos tener el sol de frente a los niños, que estarían mirando a la playa, necesitábamos una playa donde el sol, al caer, hiciese justamente eso.
Por circunstancias de la vida conozco mucho la provincia de Cádiz. Y la playa que nos venía perfecta para ello era Costa Ballena.
A lo largo de los meses y días previos a la sesión el proceso fue más o menos como sigue:
- Visitar playas alternativas, cerca de Costa Ballena, en dirección a Rota que nos permitiese disponer de un «gran tiro». Quería hacer la foto con teleobjetivo (necesitaba comprimir la toma), y no quería depender de bañistas ni de poca arena en la playa.
- Comprobar las tablas de mareas para ver cuándo dispondríamos de marea baja con la luz adecuada.
- Visitar la playa varias veces, buscado la luz de esa hora. Quedó fijada entre las 8 y las 9 de la tarde.
- Buscar el día donde teníamos esa luz, las previsiones meteorológicas no anunciaban lluvia ni nubes y la marea estuviese baja.
- Una semana antes de la toma y el día antes, visitar la playa y comprobar que efectivamente las condiciones que buscábamos se daban.
Ya sólo quedaba hacer la foto. Y lo más complicado, controlar a los niños.
Quien se dedique o intente hacer una foto a un grupo de niños comprobará cómo es prácticamente imposible que hagan lo que tú quieres. Hay que darles libertad …. decirles más o menos lo que quieres … y esperar a que hagan lo que esperas.
Hay que disparar y disparar ….
Hasta que, al final, obtuvimos la foto que queríamos (original RAW):
Podéis ver que tener a todos los niños de pie, mirando al mar, fue misión imposible. No hay mal que por bien no venga; al estar cada uno en «su mundo» terminó dándole más dinamismo a la escena.
Así quedó la foto que sirvió como modelo para la pintura. Lamento no poneros copia del resultado …. que se queda en la intimidad familiar.
Lo que sí … finalmente terminé dándole un procesado a la fotografía para hacerla más «sorolla». Eliminar dominantes, efecto difusión, procesado de niveles, etc.
Finalmente, con el marco, luminosidad y el nivel del horizonte corregido, en versión grande ….. cuelga de una pared de mi casa: