Siempre he pensado que si la fotografía fuese más difícil de hacer, su producción, en lineas generales, mejoraría notablemente. La misma facilidad con la que puede tomarse una imagen trivial conduce con frecuencia a un vacío creativo desastroso. – Ansel Adams
Juan Fernández (Gijón, España, 1978) comienza a interesarse por la fotografía a la edad de 15 años. Unos meses después publica su primera fotografía en una revista de surf. Desde entonces se ha especializado como fotógrafo y periodista dentro de la industria del surf, tanto en el mundo editorial como publicitario. Ha estudiado fotografía en el centro CEV de Madrid y también es licenciado en periodismo.
Durante este tiempo Juan ha trabajado para compañías como Quiksilver, Billabong, Pukas, Reef, Lost o Slash entre otras. Dentro del mundo editorial ha publicado sus trabajos a lo largo de todo el mundo en publicaciones como Surfer Rule, The Surfer´s Path, Surf Europe, Surfer magazine, Surf News y The Surfer´s Journal.
Vía fotoaficionado en twitter me entero de la existencia de Squeeze the LIME. Podríamos definirlo como un videoblog (aunque también podemos encontrar artículos) donde ver cómo se preparan y ejecutan sesiones fotográficas.
Parece interesante.
Uno de los propósitos de este año era poner en marcha una serie de proyectos, que llevan rondándome la cabeza varios años, pero que no había tenido tiempo de sacar adelante. Tampoco es que tenga mucho tiempo ahora, le estoy robando demasiado a las horas de sueño, pero estoy decidido a ponerlos en marcha este año.
Entre estos proyectos os presento uno que me hace mucha ilusión, fotolinea, un buscador en blogs fotográficos.
La idea es poder localizar post, tutoriales, artículos, portfolio, etc. de una serie de blogs en español que he considerado representativos de la fotografía. Esta lista de blogs es la misma que actualmente aparece en la sección de enlaces de mundoparalelo. Seguramente me estaré dejando a alguien importante fuera, pero mi idea es ir ampliando esta sección con vuestras aportaciones. Lo que sí he dejado bastante fuera son los blogs dedicados únicamente a mostrar fotografías sin artículos adicionales.
El nombre de fotolínea viene de querer buscar una «línea de acceso» a la información fotográfica.
La base del desarrollo es Google Custom Search, con lo que apenas hay complejidad técnica de ponerlo en marcha, y el adjetivo de beta es más por tenerlo en período de prueba. Así los resultados obtenidos en las búsqueda seguirán los mismos patrones que obtenemos en una búsqueda tradicional en Google, manteniendo el posicionamiento que cada blog tenga dentro del propio Google.
Supongo que no será un buscador de masas, no es lo que pretendo.
Espero, si os gusta, que os hiciéseis eco del nacimiento de fotolínea. De todas formas, mi única intención es que os sea de utilidad. Cualquier sugerencia, crítica, opinión, etc. será bienvenida.
En el anterior capítulo vimos cómo completar nuestro kit de fotografía de estudio con los componentes que necesitamos para disponer de un verdadero equipamiento de trabajo.
En esta nueva entrega veremos cómo utilizar todo este material.
La parte más misteriosa de la fotografía de estudio se refleja en cómo colocar y medir las luces de nuestra escena para hacer una toma perfecta. Además tenemos que añadir la elección de un objetivo adecuado, un/una modelo profesional, estilismo, maquillaje, etc . Si sabemos cómo elegir todo perfectamente sería muy difícil fallar, ¿no?
No vamos a complicarnos tanto. Hay multitud de libros, enlaces y tutoriales por Internet. Además nada mejor que la experimentación y la prueba práctica. Así que seguiremos con nuestro lenguaje básico y sencillo (del tipo «esto es así porque lo digo yo«) que puede dar buenos resultados para comenzar.
Este podría ser un flujo de trabajo en estudio:
1. Montar el estudio.
Bien en el salón de nuestra casa, en un garaje o en un estudio profesional, lo primero que tenemos que hacer es preparar nuestra zona de trabajo. Lo cual consiste en colocar el fondo que deseamos en nuestra toma (os recomiendo blanco o negro para empezar), montar los equipos de iluminación (con sus paraguas, difusores, etc.), reflectores, objetos de apoyo (columnas, jarrones, árboles, coches o nada), limpiar el suelo, paredes, cartulinas, etc. de toda suciedad y ambientarlo.
Por ambientarlo se considera que, si por ejemplo vamos a fotografiar a un/una modelo, y hace mucho frío, tener la calefacción encendida para que se vaya calentando la zona; o poner música que siempre ayuda.
2. Situar las luces.
De forma más profesional a esto se le llama “seleccionar nuestro esquema de iluminación”. Por ahora os daré un esquema “estándar” que funciona bien en todas circunstancias, y que para empezar viene fenomenal. Sobre todo, porque al inicio tendremos pocos flashes y/o equipamiento adicional.
Tendremos:
- Una luz directa al fondo que se encargará de iluminarlo. Dependiendo del color del fondo obtendremos efectos curiosos. Un blanco iluminado como en las revistas, un tono grisáceo si damos menos potencia de luz, etc.
- Una luz a 45/45 (en cristiano, que la luz ilumine con un ángulo de 45 grados) del/ de la modelo para su iluminación difusa. Deberemos montar un difusor o paraguas en nuestra unidad de flash. No nos vamos a meter aquí con luz dura/difusa, sino que vamos a lo sencillo y efectivo.
Nuestro esquema de iluminación quedaría como sigue:
Es importante que las luces estén tan cerca como se indican. Los flashes a distancia no iluminan;-)
3. Situamos al modelo
En la zona que hayamos definido para nuestro/a modelo ya podemos situarlo (es importante separarlo del fondo para evitar sombras). Muchas unidades de flash tiene dos tipos de luz (de modelado y la propia de flash). Si encendemos la luz de modelado podremos ver exactamente qué iluminará la luz del flash cuando se dispare. Nos sirve como guía y ayuda para dirigir la luz.
Lo que no hay que confundir nunca es esta luz de modelado con los que se llaman flashes de luz contínua. La luz de modelado es contínua, pero no es un flash contínuo. En estos últimos tendremos mucha más potencia y calidad de luz.
4. Ajustes de cámara
Estamos en un estudio, con iluminación artificial y controlado. Así que formato RAW como vimos en su día, balance de blancos automático (¿cómo?, se dispara en RAW así que no tendrás que preocuparte), Modo Manual, ISO 100, Velocidad de Obturación 1/150 y apertura … ahí está el quid de la cuestión.
En principio el único dato que no has de tomar como cierto de lo que te he contado es la velocidad del obturador 1/150. Tendrás que poner lo que diga en tu cámara que es la velocidad de sincronización de flash. Es algo técnico en lo que no vamos a entrar aquí pero sólo decirte que si no pones la correcta las fotos te saldrán mal. Puede que tengas la mitad de la foto iluminada y la otra oscura. Prueba valores de entre 150 y 250 si no lo encuentras en tu manual. O busca en cualquier foro de Internet el modelo de tu cámara que seguro que alguien te ayuda con el valor adecuado.
Terminado.
Eh, ¿no falta algo? Pues sí, a parte de montarle el disparador de infrarrojo del que hablamos en la primera parte, ahora veremos qué pasa con la apertura.
¿y lo del objetivo? Pues esto es un poco mito de la fotografía. Alguien te dirá que mejor un telecorto, mejor que pongas un 70 u 80mm, mejor un 50mm. Es cierto que los zooms te permitirán tener proporciones más naturales en un modelo que un gran angular que lo deforme. Pero como no sé las dimensiones del salón de tu casa, pues no te puedo recomendar algo específico. O sí, pon lo que te permita separarte más del modelo pegando la espalda contra la pared de tu salón.
5. Ajuste de unidades de flash
En las unidades de flash lo que solemos regular es la potencia del disparo. Dependiendo de los Vatios de potencia de la unidad tendremos un «potenciómetro» (algún tipo de mando regulable en tu unidad) con valores como 2,4, 10 … que indican la potencia de disparo. No te puedo decir que pongas un 4, ya que un 4 en algunos flashes apenas iluminará y en otras será como si hicieses una foto a Dios en el cielo.
Aquí lo mejor es ensayo y error, la primera vez, ya que luego ya sabrás lo que da de sí tu unidad. Aunque podemos ayudarnos de nuestro maravilloso fotómetro.
El fotómetro que hemos comprado lo hemos de poner pegado a nuestra modelo y en dirección a donde tendremos nuestra cámara. Lo que queremos es medir la luz que habrá en esa zona cuando nuestra cámara apunte hacia ella.
Ahora debería venir todo un tratado de iluminación y empleo del fotómetro. Es lo que la gente normal hace cuando se apunta a una famosa escuela de fotografía: cómo medir la luz, compensar, fórmulas matemáticas, etc.
Para nosotros es más sencillo. Ponemos el fotómetro en modo flash, 100 ISO y los 1/125 (o lo que sea para ti) de velocidad de sincronización. Pulsamos su botón esperando el destello del flash. Y disparamos nuestro infrarrojo para que todo se ilumine.
Ahora nuestro fotómetro nos proporcionará el valor de apertura que necesitaremos poner en nuestra cámara para obtener una buena exposición. De aquí se saca este valor, ¿ves como merece la pena esperar?.
Pero en todo esto hay un pequeño truco. Valores entre 8 y 11 son los que hacen valer a nuestros objetivos (normalmente) y los que proporcionan mayor nitidez. Si no estás siendo creativo difuminando con aperturas como 1.8 lo que tienes que hacer es regular la potencia de tus flashes, acercarlos o alejarlos de la modelo, hasta que veas un 8 o un 11 en el fotómetro. A veces un exceso de luz puede estar bien ya que se lleva mucho en publicidad, pero no te pases.
Y siempre con atención a cómo se ilumina la modelo. A ver si con tanto mover te encuentras con que iluminas el pelo y la cara la dejas a oscuras. Por eso antes os proponía un esquema sencillo que no suele fallar.
6. Disparar.
Pues ya podemos movernos a nuestra zona de disparo y tomar la foto.
Hay que tener cuidado de que si le decimos a nuestro modelo que se mueva, debe hacerlo siempre en la misma zona. Si echa para atrás la cabeza, 30 cm., puede que se falle todo la iluminación y que tengamos que reorientar luces y volver a tener que medir.
Con un poco de práctica podrás hacer estos ajustes de potencia a mano sin tener que volver a coger el fotómetro.
Y ten cuidado de no sacar las unidades de flash en tus tomas. Estarán muy cerca de la modelo, con lo que tendrás que buscar un ángulo desde no se vean, o borrarlas luego con Photoshop.
¿Qué vamos a obtener si seguimos este flujo? Algo parecido a esto:
Esto es lo básico para disparar en un estudio. Ahora puedes buscar otros esquemas de iluminación en Internet y leerte este estupendo artículo de fotopunto para aprender más sobre el tema.
En la última entrega de este curso veremos la forma de procesar estas fotografías con unos ejemplos.