La fotografía es un sistema de selección visual. En el fondo, todo consiste en enmarcar una porción del cono de visión de uno mientras se está en el lugar apropiado y en el momento apropiado. Como el ajedrez, o la escritura, consiste en elegir entre varias posibilidades determinadas, pero en el caso de la fotografía el número de posibilidades no es finito sino infinito. – John Szarkowski
Este año los Reyes Magos se han portado muy bien con algunos amigos que desde entonces no hacen más que pedirme un tutorial para comenzar un estudio casero con los maravillosos kits fotográficos que han recibido. Y de entre todos ellos se lo dedico a Mariano. Mis fuentes de información me han hablado de esa buhardilla a la espera de convertirse en el próximo Studio 54 (ya sé que es el nombre de una discoteca, pero suena bien;-)).
Existe muy buena documentación en Internet acerca de la fotografía de estudio. Hace poco en fotopunto publicaron un extenso reportaje sobre diferentes esquemas de iluminación para retrato. El problema de estos tutoriales es que suponen que ya te manejas con el equipamiento y que tienes los conocimientos necesarios para empezar.
Como eso no suele ser así, aquí van estas breves líneas con lo que siempre quisiste saber de la fotografía en estudio y nunca te atreviste a preguntar.
Equipamiento inicial:
La mayoría de los kits que venden para iniciarse en la fotografía de estudio, aunque bastante completos, siguen necesitando de algunos añadidos básicos para comenzar a trabajar.
Muchos de estos kits suelen venir con un par cabezas de flash, algún tipo de paraguas, snoots (conos),geles, difusores, unos trípodes o soportes de sujeción para las unidades de flash, algún tipo de cableado, etc. Todo en una bonita bolsa de transporte.
La mala noticia después de ver algo tan magnífico es que no lo tienes todo. Veamos qué más cosas nos hacen falta:
Disparador de las Unidades de Flash:
De alguna forma tendremos que poder disparar, desde nuestra cámara, nuestro nuevo maravilloso equipo de iluminación. Básicamente tenemos cuatro formas de hacerlo:
- Cable: normalmente la forma más sencilla y barata. Bien nuestra cámara tendrá una salida para este tipo de cable disparador, o bien podremos incorporar una zapata a nuestra unidad de flash (y a nuestra cámara) si fuese necesario, para poder hacerlo. Estos conectores parecen los jack de música (aunque no te equivoques, no son lo mismo). Los hay grandes, pequeños, pero no te preocupes mucho porque existen adaptadores.Todo un mundo al que cualquier dependiente de tienda fotográfica podrá darte respuesta. Personalmente lo desaconsejo. Estar pendiente de un cable, que si llega a la unidad o es demasiado corto, que qué pasa si tienes más de una unidad de flash (aquello puede parecer la red de spiderman en el suelo del estudio), que si se enreda (la de unidades de flash que han terminado sus días cayendo estrepitosamente al suelo). En fin, ni se te pase por la cabeza comprarte un cable.
- Sincronización de destello: muchos flashes pueden configurarse para que disparen su luz cuando “vean otra similar”. Así al disparar el flash de tu cámara, las propias unidades de flash del estudio dispararán su luz. Tampoco te lo aconsejo. Puede que tu flash sea muy malo (si tu kit de estudio es muy barato seguro lo será), con lo que la sincronía con el disparo de tu cámara puede dejar mucho que desear. Pero si la cosa funciona al final vas a tener en tu estudio dos unidades disparando, por ejemplo, más tu propia luz de cámara sin control. Un collage perfecto para el desastre.,
- Unidades de control remoto por radiofrecuencia: empezamos ya a hablar de cosas interesante. A no ser que dispongas de un equipamiento muy caro, que llevará el sistema de radiofrecuencia integrado, tendrás que comprar un adaptador para tu cámara y otros para tus unidades de flash. Esta opción la suelen utilizar mucho los amantes de strobist y de sus unidades portátiles de flash, pero con flashes de estudio tenemos alternativas más baratas y “compatibles”. Eso sí, si quieres quedar como lo más de lo más en fotografía cómprate un equipamiento de estos, te pueden costar más que tu kit de iniciación.
- Disparador de infrarrojo: y llegamos a la opción “perfecta” para empezar…. y continuar. Si os acordáis, la opción segunda (la sincronización por destello) tenía muy buena pinta si no fuese por nuestra propia luz de flash. ¿Y si en vez de disparar nuestro flash con luz visible lo hacemos con luz infrarroja? Pues que no veremos la luz de nuestro disparo pero sí conseguiremos disparar nuestras unidades remotas (que sí que ven esta luz). Para ello, las unidades de flash tienen que ser capaces de detectar este tipo de destello. La mayoría de los kits que se venden en el mercado tienen esta característica, aunque sean muy baratos; aunque no estaría mal que a la hora de comprarlos lo verificases con el suministrador.
Estos disparadores los puedes encontrar rondando los 60 euros, y tienen el siguiente aspecto:
Su uso es muy sencillo. Se colocan como si fuesen la unidad de flash de tu cámara. Aquí podemos ver uno montado:
Suelen tener sólo dos botones: encendido/apagado y test (para comprobar su funcionamiento de forma manual).
En cuanto pulsemos el botón de test dentro de nuestro estudio, si nuestras unidades de flash remoto están encendidas, veremos cómo automáticamente se disparan (todas ellas). Genial!!
Aunque recuerda que hablamos de infrarrojos, no de rayos x; si disparas a escondidas no funcionará.
Fotómetro / Flashimetro:
En un estudio no te servirá trabajar con el fotómetro de tu cámara. Primero porque no verá nada hasta que se disparen los flashes. Segundo porque vas a tener mucho ensayo y error (a pesar de que te ayudes con el histograma) para obtener un buen resultado.
Cuando lleves un tiempo con tu estudio, te conozcas la potencia de tus flashes al dedillo, y te manejes con todos los esquemas de luz posibles … podrás vacilar a tus amigos sin emplear más que el “ojo de buen cubero”.
Lo que necesitas, mientras tanto, se llama fotómetro (o flashímetro cuando exclusivamente se miden destellos de flash). Yo prefiero un fotómetro que mida flash (y más cosas) ya que vale para … más cosas.
El mundo de los fotómetros y su uso daría para una enciclopedia. Así que confía en mí. Para un uso amateur/semiprofesional no necesitas el superfotómetro último modelo. La mitad de las funciones que tenga no las vas a utilizar, y la otra mitad no la vas a entender.
Te recomiendo un modelo como el Sekonic L-308 S.
Más adelante veremos cómo funciona.
Fondos:
Normalmente los kits de estudio no suelen venir con algo fundamental, los fondos.
La mayoría de los iniciados cuelgan un par de sábanas por detrás del/la modelo, bien estiradita para que no queden arrugas y a disparar. Bueno, a no ser que sepas muy bien cómo iluminar y trabajar un fondo, una sábana es una sábana. Y una pared (con gotelé) es una pared con gotelé.
Busca una pared lisa bien pintada o hazte con un fondo de estudio en condiciones. A no ser que busques fondos naturales de tu apartamento que te podrían servir.
Muy buenas fotos se arruinan por un mal fondo.
En la próxima entrega veremos cómo utilizar estos elementos en nuestro estudio.