Casi estaba cantado, y finalmente el jurado del Wildlife Photographer of the Year ha decidido descalificar al fotógrafo español José Luis Rodríguez retirándole el premio que le otorgó en la pasada edición del conocido certamen de naturaleza (nota de prensa oficial).
No voy a entrar la valoración del jurado. Si existen unas reglas que no se cumplen, o son de variada interpretación, es cosa de la organización decidir qué hacer con su premio.
Así, por un lado tenemos a la organización «dudando», pero no «demostrando» que la foto no sea «verdadera» y a José Luis Rodríguez reclamando su inocencia.
Lo único cierto es que desde el principio la fotografía en cuestión despertó dudas y recelos entre una variado corrillo de fotógrafos de naturaleza.
En mi opinión, aunque la foto estuviese preparada, en un entorno controlado, no la desmerece en absoluto. Otra cosa es que exista una regla en el concurso que impida este tipo de fotografías.
En este país tendemos a crucificar a quien tiene éxito o lograr un reconocimiento como el Wildlife Photographer of the Year. En vez de apoyar y felicitar al premiado se ha optado por sembrar dudas y más dudas que parece son las que están detrás de la decisión de Wildlife.
La fotografía tiene un efecto curioso. Quizás sea una de las disciplinas que más blogs, sitios web, kedadas, foros, opiniones y sentimiento comunitario despierta … y la que más recelos, envidias, secretos, corrillos, proteccionismo, etc. alumbra igualmente.
Bonito país.