Browsing Tag

opinión

Opinión

Alquiler de equipo fotográfico en vacaciones

Desde hace un par de años hemos visto surgir varias empresas en España dedicadas al alquiler de equipo fotográfico. El concepto no es nuevo, se lleva haciendo toda la vida, aunque siempre lo había visto más relacionado con equipamiento muy caro: cinematográfico, iluminación de alto rendimiento, etc…

Ahora resulta normal la existencia de sitios web especializados en el alquiler de cuerpos y objetivos a precios razonables para el usuario avanzado/profesional.

Tengo amigos que utilizan estos sitios para hacerse con un segundo cuerpo el día de un evento importante (muy utilizado para bodas), cuando necesitan hacer un trabajo «especial» donde su equipo del día a día no llega (necesidad de trabajar a ISOs altos o fotografía submarina por ejemplo) y para la prueba de determinados objetivos antes de comprarlos.
A veces las necesidades de equipo son tan específicas de un determinado trabajo que no les merece la pena su compra, y sí el alquilar las horas/días que lo van a necesitar.

Sin embargo veo en muchos de estos sitios que se descuida el cliente internacional (aquel que viene de vista a España y no trae su equipo consigo).

Me lo comentaba hace poco un amigo americano (en USA es muy común el alquiler de equipo fotográfico) que estaba pasando unos días en Barcelona. En su viaje a España no lograba localizar lo que quería y tuvo que utilizarme como contacto local.

Son muchas las razones que pueden hacer que sea mucho más útil y conveniente alquilar nuestro equipo en el destino. Entre ellas podemos destacar:

  • Se viaja más ligero sin tener que cargar con todo el equipo.
  • Evitamos problemas de equipaje de mano, o de tener que facturar el equipo (con el riesgo que conlleva) debido a las restricciones de las compañías aéreas.
  • No evitamos problemas de aduanas.
  • Podemos seleccionar un equipo fotográfico más adecuado a nuestro trabajo o necesidades de destino.
  • Nos protegemos mejor ante daños, pérdidas, robos, etc. utilizando los seguros de alquiler.

Quizás aquí en España no estamos tan acostumbrados a este concepto de alquiler en el destino.

Es algo que veo cada vez más y más en foros extranjeros. Una oportunidad para las empresas locales de hacerse con este tipo de cliente. Y una oportunidad para nosotros, para que planifiquemos nuestros viajes de otra forma.

¿Has pensado lo cómodo que puede resultar para tu próximo viaje o vacaciones?

Opinión

Puristas fotográficos

Durante la pasada semana no he hecho más que discutir (en el buen sentido de la palabra) sobre la eterna cuestión del retoque fotográfico. Ya no entro en si debería estar permitido en fotoperiodismo, si las revistas de moda se pasan, etc …

Me tienen muy cansado los puristas fotográficos, aquellos que piensan que cuando disparaban con carrete no hacían retoque.

¿Seguro que en la toma no hacían retoque? ¿Poner un filtro de color delante del objetivo no es retoque?
¿Y en el revelado?¿Pasar la mano haciendo «aspavientos» por el revelador tampoco era revelado creativo?

Creo que fue Chase Jarvis quien hace algún tiempo avisó a los puristas fotográficos.

Yo, al menos, me he cansado de discutir. Al próximo que me saque el tema sólo pienso enviarle esta imagen:

Avedon Retoque

Las instrucciones de Avedon para su revelador. Hablando en plata … no plata no … que ahora es digital: un Dodge & Burn en toda regla.

En fin, si todo ya estaba inventado.

Opinión

Vivir de la fotografía

Una cuestión que me suelen plantear a menudo es si se puede vivir de la fotografía. Claro que se puede, hay gente que vive de ello. El problema es que vivir bien … sólo unos pocos; el resto va tirando como puede esperando esa oportunidad que no termina de llegar.

La pregunta inmediatamente posterior es si deberían dejar su trabajo y lanzarse a la fotografía. Aquí la cosa se complica. Y no sólo por el período de incertidumbre que ahora vivimos, sino por la propia forma en la que la fotografía va evolucionando.

Trabajos como el fotoperiodismo cada vez están más devaluados, quedando sólo figuras consagradas capaces de meterse en conflictos bélicos que un amateur cualquiera no haría.

Otros trabajos como la fotografía social, especialmente la de boda, parece que tiene un nuevo renacer. Hemos asistido a una reinvención de este tipo de fotografía y muchos fotógrafos están encontrando una “salida” laboral en este mundo.

Y sobre todo, donde veo que estamos en el principio de una burbuja, es en la formación. A los centros de formación tradicionales cada vez se unen más profesionales (y otros no tanto) que montan cursos, talleres, masterclasses, etc. con un gran abanico de precios. Aunque algunos olvidan que para dar clase, además de conocer la materia hay que saber enseñarla.

Así pues, ¿se puede vivir de la fotografía dejando mi trabajo actual? Yo no te lo aconsejaría. Al menos en estos momentos. La fotografía está sufriendo una transformación importante que no creo que todavía estemos en condiciones de evaluar.

Hay guerra de tarifas, precios de fotografía de stock por los suelos, editoriales gratuitas, fotoperiodistas de teléfono móvil. No es un camino de rosas.
¿E intentarlo de forma parcial?¿en mi tiempo libre?

Bueno, si te queda tiempo libre, siempre es posible recorrer el camino que te lleva del hobby hacia la profesionalización. No es un camino sencillo y sobre todo tendrás que diferenciar muy bien tu trabajo del resto y hacerlo destacar (y hacerlo valer)

Piensa que a Mario Testino, por ejemplo, se le contrata por ser Mario Testino. Fotógrafos publicitarios y de moda hay miles. Si no consigues que el cliente te busque a ti, y a tu estilo … el camino es duro y complicado.

Con esto no quiero desanimarte, pero veo hoy en día muchos “locos” tirándose a una piscina … y creo que no se han dado cuenta que estaba vacía. Hay que mirar antes de salpicar.

Eso sí, si lo tienes claro … la mejor zambullida la obtienes cuando saltas de lo más alto.

Formación, Tutoriales

El fotómetro o la importancia de medir bien la luz

La adopción de la fotografía digital ha dejado muchos procesos, técnicas y dispositivos en el olvido.

No hay nada malo en ello. El mundo va avanzando, y la fotografía digital lo hace a pasos de gigante.

Sin embargo hay algo que sobre todo las “nuevas generaciones” están descuidando mucho: la medición correcta de la luz.

Desde el clásico Sistema de Zonas de Ansel Adams hasta las modernidades del controvertido “derecheo del histograma” al final siempre se trata de lo mismo, medir bien la luz.

Las cámaras tienen diferentes modos de medición (central, evaluativa, ponderada al centro, etc …) y diferentes formas de mostrar el histograma (el santo grial hoy en día) incluso de forma “viva” con el modo Liveview.

Sea como sea, tenemos que pensar que no es lo mismo medir la luz incidente que la luz reflejada. Y nuestra cámara siempre lee luz reflejada. Todavía no se han construido exposímetros que se teletransporten.

¿Y eso importa mucho? Para determinado tipo de fotografía, y según lo pulcro que seas … sí, mucho.

Es claro que en un paisaje no vas a medir luz incidente, no te vas a ir hasta la montaña, pero en situaciones más controladas y sobre todo en un estudio la utilización de un fotómetro o flashímetro de mano es imprescindible. Algunos dispositivos avanzados incluso nos ayudan con las matemáticas asociadas a la combinación de luces.

La diferencia entre exposímetro/fotómetro/flashímetro … y otros nombres que veréis por ahí, es el tipo de luz que miden: si sólo luz ambiente, si luz de flash, etc. si permiten hacer cálculos de composición sólos, el número de pasos que soportan, etc …

Yo utilizo de forma habitual un modelo básico y barato (alrededor de los 200 €), el Sekonic 308, que hace todo lo que quiero y más. Antes tenía un Minolta Flashmeter IV que me complicaba la vida y se pasaba más tiempo en la mochila que fuera. También utilicé un Polaris que no acabó de convencerme aunque es de lo más utilizados.

Como os decía en el estudio es fundamental si no quieres estar continuamente con ensayo/error modificando la potencia de los flashes.

Pero en exteriores también representa una ayuda considerable. Y podéis hacer la prueba de cómo cuando la cámara y el fotómetro de mano os dan valores diferentes … la mejor foto la obtenemos con el fotómetro. Los reflejos suelen ser malos consejeros que los fotómetros tratan muy bien a la distancia.

Por último comentaros que es muy usual tener un fotómetro/flashímetro y no saber utilizarlo. A pesar de la cantidad de bibliografía existente la lectura de sus datos no es tan sencilla como parece, y la mayoría de la gente que se compra uno y empieza a utilizarlo no consigue interpretar correctamente la información que presenta. No es su culpa;  los fabricantes en este caso son complicados, muy complicados.

Os aconsejo este artículo de Pere Larrègula de cómo leer correctamente la información de estos pequeños aparatejos.

¿Ya has decidido qué te vas a comprar por reyes?

Modelos, Opinión

Busca modelos en la calle. ¿Te atreves?

Cuando alguien que no te conoce descubre que te dedicas a la fotografía, sobre todo si en esa fotografía hay modelos, casi siempre suele surgir una pregunta fruto de la curiosidad: “¿Pero tú alguna vez has parado algún/a modelo por la calle y le has ofrecido trabajo?

La respuesta es simple: “Sí. No lo hago a menudo, no muchas veces, pero si he visto a alguien que me he gustado no he dudado en acercarme”.

La necesidad de contar con modelos para nuestra actividad fotográfica puede ser muy variada. Para determinados trabajos necesitaremos obligatoriamente modelos de agencia; pero para trabajos más personales puede ser complicado encontrar la persona ideal.

A veces, andando por la calle, puedes fijarte en alguien, algo te llama la atención: un gesto, una mirada, una pose, una situación. Puede que ello refleje algo que estabas buscando, o que simplemente te genere la idea para un proyecto.

También es fuente de frustración. Si lo que te ha llamado la atención ha sido un entorno con determinada ambientación, lo más probable es que no puedas recrear de nuevo esa situación.

En mi caso donde cada vez voy más hacia proyectos personales me centro mucho en lo que me transmite la persona. Así que no voy buscado el modelo más atractivo/a, sino quien me transmite ese “algo” que luego quiero retratar.

Localizar grandes modelos o actrices por la calle no es una situación nueva; a Claudia Schiffer la descubrió Michel Levaton en un pub en Düsseldorf (conozco una historia apócrifa que dice que la descubrieron mucho más joven paseando por una playa de Mallorca), o a Jennifer Aniston como camarera en un bar.

No es mi caso. No soy representante que vaya buscando “fresh faces” por la calle para proponerles un futuro esplendoroso (que no es que no pueda ocurrir, pero no es el objetivo principal).

La cosa es sencilla:

  • Te acercas.
  • Te presentas y le dices que eres fotógrafo y que te gustaría contar con él/ella para determinado trabajo.
  • Le das una tarjeta tuya con los datos de contacto (teléfono, correo electrónico y página web)
  • Le dices que visite tu página y vea tu trabajo; y que si le gusta te contacte.

Nada más. No se necesita hacer nada especial. Ya podrás hablar todo lo que quieras cuando te llame. Eso sí, si no tienes portfolio en una web olvídate. No puedes pretender que alguien te llame sin ver antes tu trabajo.

A veces las circunstancias del momento no te permitirán hacerlo (no vas a interrumpir a alguien que entra en el metro cuando tú sales), o que está en medio de una cena familiar en un restaurante….

Otras veces la propia persona te preguntará para qué es, o tendrá tiempo de hablar contigo para que le cuentes más detalle. Puede que en ese momento ya sepas para que la quieres, incluso que le puedas hablar de un trabajo determinado; o no, que le digas que sólo tienes ideas rondando la cabeza. Lo importante es no mentir.

Las circunstancias y necesidades son muchas y variadas. Pensar que, a veces, podemos encontrar por la calle lo que necesitamos no es ninguna tontería (aunque luego tengas que lidiar con la falta de experiencia del retratado).

Eso sí, no te animo a que salgas a la calle a “disparar a todo lo que se mueva”. Haz las cosas con mesura. Yo no voy todos los días buscando. A veces veo y no digo nada, a veces entrego una tarjeta, a veces te responden, otras no; a veces encuentras a dos personas en un mes y otras pasan séis meses sin que le hayas dicho nada a nadie.

Como todo, una opción más. En muchas situaciones te pueden sorprender los resultados.